miércoles, 9 de marzo de 2011

Vuelo a Ibiza

El pasado domingo nos fuimos a Ibiza. Hicimos el viaje en una Cessna 182 Skyline. Se suponía que era un avión rápido, y podríamos volar a más de 135 nudos de velocidad indicada. Es una pena que los 210 CV no te permitan ir más rápido que una Cesnna 172 con 160 CV, debido al peso del avión. La mejoría se nota en el habitáculo, más amplio y cómodo, que unido a una mayor estabilidad te permite hacer un viaje largo más cómodo, pero no más rápido.
Las previsiones metereólogicas eran excelentes. Un domingo de cielos despejados por el este de España, tras semanas constantes de lluvias. Era un día que tenía que aprovecharse para ir algo más lejos de lo habitual. Nos equipamos con los chalecos salvavidas, de obligado uso a o largo del trayecto. A las 9:00, con el plan de vuelo aprobado, y tras llenar de combustible el avión, despegamos. Tomé contacto con los mandos del avión, fuimos parametrizando los datos de motor durante todo el viaje, y en seguida pudimos notar la estabilidad y suavidad del avión. Sólo nos quedaba disfrutar del viaje.
La ruta muy tranquila, a 3.000 pies hasta Tarancón, y tras sobrevolar el Embalse de Alarcón ascendimos a 7.500 pies rumbo a Cofrentes. Pudimos contemplar bonitas imágenes del Alto Júcar. Desde allí, dejando a la izquierda Valencia, pudimos observar la Albufera mientras sobrevolábamos la zona montañosa del Caroche. Alcanzamos la costa a la altura de Gandía y costeando nos fuimos hasta Denia, desde donde viramos hacia el este rumbo a Formentera.
La distancia entre Denia e Ibiza es de 50MN, luego en tan solo 20 minutos llegaríamos a nuestro destino. A 10 minutos de vuelo iniciamos el descenso a 1.000 pies sobre el mar, para no interrumpir a los vuelos comerciales. Prácticamente no pierdes contacto visula con tierra en ningún momento. La torre de Ibiza nos autorizó a realizar una aproximación directa a la pista 06, sin necesidad de ir por Formentera. Pudimos así disfrutar de las vistas de los acantilados de San José.
En cuanto a las instalaciones del aeropuerto, cabe resaltar lo siguiente: las tasas han aumentado considerablemente y el precio es de 62 euros; el servicio de handling para aviación general es gratuito (por ahora, me han comentado); el repostaje es lento si coincide con la llegada de algún avión comercial, pues debes llevar el avión tu mismo al surtidor, y parece ser que sólo hay una persona para todos los repostajes.
Tras comer, despegamos hacia Cuatro Vientos. Esta vez sí fuimos por Formentera, siguiendo el procedimiento publicado, y cuando llegamos a las salinas viramos a la derecha hacia Jávea, manteniendo 1.000 pies y posteriormente 3.500 pies.
Pudimos contemplar el atardecer en las costas de Alicante, desde el Cabo de la Nao hasta el Peñón de Ifach en Calpe. Alcanzado el Montgó, lo dejamos a la izquierda, y pusimos rumbo a Cuatro Vientos.

Llegamos al ocaso.

1 comentario:

Carlos Cueto dijo...

Veo que ya has superado la prueba del vuelo marino, aunque marcear es lo que tiene, que no puedes despistarte mucho porque se te echa la noche encima muy rápido... Las fotos son muy chulas... De aqui en poco tiempo te veo llegando a Cerdeña o a las Afortunadas... ;-)