lunes, 2 de noviembre de 2009

Bitácora

Al final voy a convertir este blog en un diario de viajes (con algunas excepciones para criticar a Jose Luís Rodriguez). Pero es una manera de recrearse durante unos días hasta la próxima cita en el aire.
Esta vez nos fuimos a Córdoba. Durante toda la semana se preveía muy mal tiempo pero por suerte el domingo amaneció sin nubes, y la previsión para el final del día era buena. Esta vez me acompañaba D. Juan Alonso Villalobos (para más detalles acudan al facebook), compañero de facultad y al que no veía desde hace 15 años. En Cuatro Vientos, tras un breve desayuno, hicimos la revisión del avión, cargamos combustible, volvimos a revisar la meteo, y al aire. Desde Cuatro Vientos interceptamos el rio Guadarrama, y seguimos su curso a 3000 pies hasta el Tajo, a la altura de Toledo. Las mejores vistas de la ciudad las contemplamos al regresar, al atardecer, desde el sur, y con el sol bajo y casi a nuestras espaldas, destacando el río, la Academia de Infantería, el Alcázar y la Catedral.
En Toledo inicamos el ascenso a 8500 pies para atravesar los Montes de Toledo y Cabañeros. A nuestra izquierda dejamos Ciudad Real para adentrarnos en la Sierra de Alcudia y sobrevolar la población de Villnueva de Córdoba. Desde aquí iniciamos el descenso hasta 1800 pies, a lo largo de la Sierra de Córdoba. Desde el este de la ciudad, dejando la Mezquita a la derecha sobrevolamos el aeropuerto y aterrizamos por la pista 21. No había más que un tráfico despegando y una PA28 a la que previamente adelantamos a la altura de Puertollano, y que aterrizó un poco más tarde.
Desde al aeropuerto nos dirigimos a pasear un poco por la judería y alrededores de la Mezquita. Después visitamos las Bodegas Campos, en la calle Lineros, y comimos un rabo de toro y una lubina con salmorejo, acompañado de un fino.
Tras el periplo por Córdoba volvimos Madrid. El viaje fue muy tranquilo y sólo nos encontramos algo de viento cruzado a la hora de aterrizar por la pista 28.

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